POEMA VIDA JOSÉ HIERRO
Dicen que José Hierro, madrileño de Santander o santanderino de Madrid, muerto hace ya seis años, tenía la superstición de no escribir nunca en su propia casa, y que todos sus poemas nacieron en los cafés donde se recluía.
No sé dónde escribió este bellísimo y extraño soneto. En él, todas las rimas se basan en dos palabras, pero usadas con muy distintas acepciones. No se titula Nada, todo, como muchos creíamos, sino Vida.
“Después de todo, todo ha sido nada,a pesar de que un día lo fue todo.Después de nada, o después de todosupe que todo no era más que nada.Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».Ahora sé que la nada lo era todo,y todo era ceniza de la nada.No queda nada de lo que fue nada.(Era ilusión lo que creía todoy que, en definitiva, era la nada.)Qué más da que la nada fuera nadasi más nada será, después de todo,después de tanto todo para nada.
Pese al aire grave y casi pesimista que destila, Hierro se lo escribió a una nieta suya, Paula, justo cuando acababa de nacer.
Lucas
Pd: ¿por qué soy tan guay?
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